viernes, 12 de octubre de 2012

SIGNIFICADO DEL LOGO PARA ESTE AÑO DE LA FE


INICIAMOS EL AÑO DE LA FE!

¡El Año de la Fe! 
 


"Quiero anunciar en esta Celebración Eucarística que he decidido convocar un «Año de la Fe» que ilustraré con una carta apostólica especial. Este Año de la Fe comenzará el 11 de octubre de 2012, en el 50º aniversario de la apertura del Concilio Vaticano II, y terminará el 24 de noviembre de 2013, solemnidad de Cristo Rey del Universo. Será un momento de gracia y de compromiso por una conversión a Dios cada vez más plena, para reforzar nuestra fe en Él y para anunciarlo con alegría al hombre de nuestro tiempo" (Homilía de Benedicto XVI en la santa Misa para la nueva evangelización, 16 octubre 2011).

Con estas palabras, el Santo Padre ha convocado a toda la Iglesia a movilizarse a favor de la gran empresa de la fe en nuestro tiempo.

Objetivos del Año de la fe

¿Qué sentido da el Papa a este Año de la fe? ¿Qué objetivos pretende con él? Pienso que la respuesta la hallaremos en los dos documentos con los que fueron convocados los dos años de la fe después del Concilio Vaticano II: el de Pablo VI (1967) y ahora el de Benedicto XVI:

1) "Para confirmar nuestra fe rectamente expresada" (Pablo VI), "redescubrir los contenidos de la fe profesada, celebrada, vivida y rezada" (Benedicto XVI).

2) "Para promover el estudio de las enseñanzas del Concilio Vaticano II" (Pablo VI), "con el Concilio se nos ha ofrecido una brújula segura para orientarnos en el camino del siglo que comienza" (Benedicto XVI).

3) "Para sostener los esfuerzos de los católicos que buscan profundizar las verdades de la fe" (Pablo VI); "intensificar la reflexión sobre la fe para ayudar a todos los creyentes en Cristo a que su adhesión al Evangelio sea más consciente y vigorosa, sobre todo en un momento de profundo cambio como el que la humanidad está viviendo" (Benedicto XVI).

A estos fines comunes a los dos Papas, Benedicto XVI añade, fijándose en las circunstancias actuales, algunos más:

1) "Invitar a una auténtica y renovada conversión al Señor, único Salvador
del mundo".

2) "Comprometerse a favor de una nueva evangelización para redescubrir la alegría de creer y volver a encontrar el entusiasmo de comunicar la fe".

3) "Suscitar en todo creyente la aspiración a confesar la fe con plenitud y renovada convicción, con confianza y esperanza".

4) "Comprender de manera más profunda no sólo los contenidos de la fe sino, juntamente también con eso, el acto con el que decidimos de entregarnos totalmente y con plena libertad a Dios".

Este último objetivo es el que más recalca el Papa Ratzinger. Le interesa subrayar la inseparabilidad del acto con el que se cree y de los contenidos a los que prestamos nuestro asentimiento:

  • El acto de fe sin contenidos nos conduce a la total subjetivación de la fe.
  • Los contenidos, sin el asentimiento de la fe, instruyen nuestra mente, pero no nos unen a Dios ni son capaces de transformar nuestra vida, de convertirla al Dios vivo. Sólo si la profesión de fe desemboca en confesión del corazón podemos hablar de una fe madura, bien formada, capaz de producir frutos en los demás.

    Libro privilegiado del Año de la fe

    El año de la fe deberá expresar un compromiso unánime para redescubrir y estudiar los contenidos fundamentales de la fe, sintetizados en el Catecismo de la Iglesia Católica (Porta fidei, no. 11).

    Si de lo que se trata es de reavivar e infundir una nueva linfa a la fe de los creyentes en Cristo, el Catecismo es el camino seguro para conseguirlo. En él se resume y expresa la fe de toda la Iglesia desde sus orígenes hasta nuestros días. En él hallamos:
  • la fe que profesamos (credo) 
  • la fe que celebramos (liturgia)
  • la fe que vivimos (moral) 
  • la fe que rezamos (oración)

    En nuestro tiempo, en el que los contenidos objetivos de la fe cristiana son muchas veces devaluados, sometidos a crítica destructiva, preteridos, ha llegado el momento de apuntar el zoom sobre la fe en toda su riqueza de doctrina, fruto de veinte siglos de reflexión y de vida.

    Benedicto XVI propone el Catecismo, en este Año de la Fe, "como un verdadero instrumento de apoyo a la fe, especialmente para quienes se preocupan por la formación de los cristianos, tan importante en nuestro contexto cultural" (Porta fidei, no. 12).

    En la sociedad en que vivimos se entrecruzan los cristianos con hermanos en la fe, que ahora son indiferentes y viven al margen de ella; con hombres y mujeres de otras religiones, o que no son creyentes, aunque busquen sinceramente y de corazón la verdad. En este año de la fe, es importante para todos tomar en las manos el Catecismo de la Iglesia Católica, leerlo, reflexionarlo, dejar que la verdad y belleza de la fe que en él se expresa echen raíces en el corazón y florezcan en frutos de luz, de conversión y renovación, de gozo y de paz. A los no creyentes la lectura del Catecismo puede constituir una llamada amorosa de Dios.

    El poder de la fe

    El papa Benedicto XVI, hace el elogio de la fe en una hermosa y significativa página del Motu proprio Porta fidei, un elogio que pone de manifiesto el poder de la feprimero la Virgen María, los apóstoles, discípulos, mártires,hombres y mujeres a lo largo de la historia han dado su vida para acercar a todos a Cristo.

    Los últimos somos los cristianos de hoy: "nosotros". las palabras del Papa son a la vez constatación, exhortación, estímulo, proyección del futuro; "también nosotros vivimos por la fe: para el reconocimiento vivo del Señor Jesús, presente en nuestras vidas y en la historia", que la fe sea "compañera de vida", "compromiso a convertirnos en un signo vivo de la presencia de Cristo resucitado en el mundo".

    Que este Año de la Fe haga cada vez más fuerte la relación con Cristo, pues sólo en Él tenemos la certeza para mirar al futuro y la garantía de un amor auténtico y duradero.
  • Catholic.net - ¡El Año de la Fe!

    Catholic.net - ¡El Año de la Fe!

    sábado, 6 de octubre de 2012

    ¿Qué es la UNER?



    UNIÓN 
    Llamados a vivir el Ideal eucarístico reparador se integran, según su condición y estado, en distintas ramas que forman una misma familia para ser testigos de Jesucristo en su vida eucarística, e instrumento de comunión.

    EUCARÍSTICA 
    Conscientes de que la Eucaristía es la máxima donación de la vida trinitaria, sacramento del amor, creadora de comunión y entrega a Dios y a los hermanos.

    REPARADORA
    El carisma de esta obra es impulso y ayuda para acoger, vivir, contagiar y proclamar la vida que brota de la eucaristía. Porque el don que el Padre nos hace en Jesucristo Eucaristía no es acogido por todos ni ocupa el centro de la vida de muchos cristianos, queremos "hacer de la Comunión y Misa diarias, del trato e imitación de Jesús Sacramentado, principio y alimento de la vida y acción".